Buenas noches.
Me llamo Daniel Plainview y soy un hombre de familia. Verán, este... este es mi hijo y mi socio, HW Plainview. Nosotros les ofrecemos un vínculo familiar que muy, muy, muy poquitos empresarios pueden siquiera molestarse en entender. Eh... con su permiso, vamos a excavar la tierra para extraer, ‘como quien dice’, un mar de petróleo.

Pero, a pesar de mi actitud megalómana y de mi bigote campechano, quiero que sepan que odio a todo el mundo, les odio a todos y cada uno de ustedes. Sólo soy capaz de ver con transparencia lo malo de cada persona. Quiero conseguir el dinero suficiente para aislarme de la gente y mandar a todo el mundo a tomar por el culo.

En el poblacho de mala muerte donde estoy extrayendo petróleo hay un predicador que no para de tocarme los huevos.
"¡Le debes 5000 dólares a la Iglesia de la Tercera Revelación, Daniel! ¡Déjame bendecir tus pozos, Daniel!"
Oh, Eli, pequeño hijo de puta con trastorno bipolar, voy a acabar enterrándote…

Y al cabrón de mi hermano, que ha venido a estafarme, lo voy a matar… y a las grandes compañías que han venido a comprar mi trabajo duro también las voy a matar…
Y al cabronazo de Eli el predicador le voy a obligar a decir que es un falso profeta y que Dios es una superstición…

¡Porque soy Daniel Plainview! ¡Daniel Plainview! Y yo soy la Tercera Revelación. ¡Soy Daniel Plainview! Y he venido a secar la tierra con un sistema que se llama ‘drenaje’…
¡Drenaje!

¡Yooo soy la Tercera Revelación! ¡Soy el elegido del Señor! ¡¿Y por qué es así?! ¡Porque yo soy más listo que tú! ¡Soy más viejo que tú, Eli, pardillo! ¡Cobarde llorón!

Y si tú tienes un batido… y yo tengo otro batido… y yo tengo, eh… ¡una pajita! Sí, eso es, una pajita, verás, observa… mi pajita avanza por toooda la habitación y empieza a absorber tu batido.
¡Yo me bebo tu batido!


-¿Hay hoy aquí algún pecador que busque la salvación?
-Sí, aquí…
-Hoy tenemos aquí a un pecador que desea la salvación. Daniel, di, ¿has pecado?
-Sí, he pecado…
-El Señor no puede oírte, Daniel… díselo a Él. Adelante, ¡habla con Él! No pasa nada.
-¡He pecado!
-¡Ponte de rodillas! Oh, Daniel… cuando llegaste aquí trajiste bien y prosperidad, pero también trajiste tus malas costumbres de reincidente. Deseaste a las mujeres y abandonaste a tu hijo. ¡A tu hijo! Al que tú criaste, lo abandonaste porque estaba enfermo, y tú has pecado. Por eso tienes que decirlo: he pecado.
-He pecado.
-¡Más alto, Daniel! ¡He pecado!
-¡He pecado!
-¡Has abandonado a tu propio hijo!
-¡He abandonado a mi hijo!
-¡No volveré a reincidir nunca!
-¡Y no reincidiré!
-¡Perdí el camino pero ahora lo he encontrado!
-¡He vuelto a encontrar el camino!
-¡He abandonado a mi hijo! Dilo, dilo…
-¡He abandonado a mi hijo! ¡He abandonado a mi hijo! ¡He abandonado a mi niño! Soy Daniel Plainview, ¡Daaaniel Plainview, y he abandonado a mi hijo! ¡He abandonado a mi niño!